Para la producción de cerveza, las cerveceras realizan todo un proceso de malteado, molienda, triturado, etc.
Uno de los pasos es la fermentación de la levadura, donde un compresor de baja presión se encarga de suministrar oxígeno a las bacterias, que a su vez crean alcohol utilizando microorganismos. Durante este proceso, se crea y libera CO2. Esto supone que verá recuperada la inversión en el compresor de CO2 en un tiempo medio de 2 años. El CO2 puede usarse para bebidas carbonatadas, fines médicos y para la soldadura MIG. Nuestro compresor de CO2 está disponible en tamaños que permiten tratar desde 500 000 hectolitros al año.
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