Orquestación del ecosistema para superar los desafíos de la Industria Alimenticia

Art. 3: "Orquestación del ecosistema"

La aceleración de las transformaciones pos COVID-19 presentan
numerosos desafíos globales a casi todas las industrias y requerirán
respuestas ágiles y coordinadas de las industrias alimentarias para
enfrentar con éxito los nuevos escenarios post pandemia. La crisis ha
impulsado la colaboración entre todos los eslabones que componen la
larga cadena, desde el campo a la mesa de los consumidores.

Creado el 6 de julio de 2020 a las 15:13

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El ecosistema alimentario encuentra múltiples oportunidades impulsadas por la crisis del coronavirus

La pandemia de COVID-19 es una crisis mundial que afecta al sector de la alimentación y la agricultura e impulsó a adoptar medidas de colaboración en las cadenas de suministro de alimentos demostrando numerosas oportunidades.

Aunque las interrupciones en estas cadenas han sido hasta ahora mínimas, la situación ya ha planteado diversos retos logísticos. Los alimentos son y deberán poder seguir siendo transportados a través de las fronteras sin restricción alguna y de conformidad con las normas actuales de inocuidad alimentaria.

Para mitigar los efectos de la pandemia en la alimentación y la agricultura, la FAO insta a los países a satisfacer las necesidades alimentarias inmediatas de sus poblaciones vulnerables, impulsar sus programas de protección social, continuar con el comercio mundial de alimentos, mantener la cadena de suministro nacional y contribuir a desarrollar la capacidad de los pequeños agricultores para aumentar la producción alimentaria.

La carne de ganado sano cocinada a fondo continúa siendo la mejor opción y garantía de inocuidad para el consumo. Las personas no deben manipular, sacrificar, condimentar, vender, preparar o consumir carne que provenga de animales silvestres o de ganado que esté enfermo o que haya muerto por causas desconocidas.

La crisis productiva traerá cambios que persistirán más allá de la pandemia sanitaria, por lo que necesitará mayor resiliencia en las redes de producción diversificando proveedores en términos de países y empresas, privilegiando ubicaciones más cercanas a los mercados finales de consumo (nearshoring) y relocalizando procesos productivos y tecnológicos estratégicos (reshoring). Las empresas ya están adecuando
su funcionamiento interno a las medidas de distanciamiento social, acelerando la tendencia a la automatización y digitalización, y se aprecia una agudización en la fragilidad del multilateralismo.

Algunas amenazas posibles son por ejemplo en el tiempo de cosecha los campos europeos dependen de una fuerza laboral masiva, flexible y barata. La mayoría de estos trabajadores temporales provienen de Europa del Este y África del Norte. Pero con las fronteras cerradas, la Unión Europea corre el riesgo de prescindir de esta fuerza, que es esencial para la agricultura.

Estos desafíos como falta de mano de obra, interrupción de logística y distribución, escasez de importaciones y una otra llamada es la posible falta de personal necesario para suministrar productos frescos. El procesamiento de alimentos (mataderos, empaques, conservación, etc.) es una industria que requiere una gran cantidad de empleados y por lo tanto, el riesgo de contaminación entre los empleados es alto. Es y
será esencial que se pueda hacer todo lo posible para proteger a las personas que trabajan en ese sector.

Un proyecto efectivo sería articular a estos ecosistemas que conectan a las partes interesadas: agricultores, ganaderos y negocios gastronómicos, a través de una plataforma digital innovadora diseñada para monitorear y optimizar el rendimiento de la producción agrícola en las dimensiones económica, social y ambiental. Esto obviamente requeriría un esfuerzo importante a nivel gubernamental o inversión privada.

Así como notamos la crisis trajo numerosos retos a los primeros países afectados, ese período vio el nacimiento de nuevas y virtuosas asociaciones que generaron modelos de negocios compartidos subyacentes a lo largo de la cadena y demuestran que es posible la coordinación entre las partes.

En España, minoristas de alimentos de la competencia, empezaron a trabajar juntos para entregar las compras a los trabajadores de salud o los empleados de restaurantes de servicio rápido que trabajan temporalmente en los minoristas de alimentos.

En Bélgica Delhaize y Colryut dos distribuidores, competidores históricos, unieron fuerzas para entregar alimentos al personal hospitalario, cerca de su lugar de trabajo. Una idea atractiva, con una implementación compleja con una notable y sólida organización logística necesaria para una entrega exitosa.

En Francia, dentro de la crisis Carrefour (mayor minorista europeo) tuvo una iniciativa para que el personal sanitario evitará la espera en línea al momento de pagar.

En Alemania McDonald’s (cadena de restaurantes de comida rápida) y Aldi (cadena de supermercados de descuento) compartieron a su personal por un período de tiempo ilimitado.

Si bien los empleados de Aldi son particularmente demandados, el personal de McDonald’s se redujo a los responsables de los pedidos en línea y entrega.

Este es un ejemplo de colaboración considerado un esfuerzo nacional a través de un pacto de personal que permitió a los empleados de McDonalds ayudar a los equipos con poco personal de Aldi.

Los contratos temporales permitirán a los empleados volver a su puesto inicial una vez terminada la crisis. El objetivo fue encontrar soluciones rápidas para garantizar el suministro de alimentos en todas las sucursales de Aldi, a escala nacional.

En Estados Unidos Lyft, una compañía de distribución especializada en productos no alimenticios, que enfrentaba dificultades debido a las medidas de contención, se asoció a Amazon para ofrecer a sus empleados varios puestos.

Desde asociarse al personal de entrega, particularmente en el sector de alimentos, hasta trabajar en los almacenes y en la preparación de pedidos, Amazon ha abierto sus puertas.

Una asociación similar para entrega, también se realizó en Francia entre Carrefour y Uber Eats (la división de entrega gastronómica de Uber) unieron fuerzas para proporcionar entregas a domicilio durante el cierre.

Los pedidos eran suministrados por Carrefour, mientras que las entregas se realizaban por Uber Eats con el objetivo de combinar la fuerza de las tiendas y la agilidad de la aplicación Uber Eats.

A nivel local, con el inicio de la cuarentena los productores empezaron el delivery de frutas y verduras frescas de forma directa y aparecieron también intermediarios en distribución de alimentos y servicios tercerizados de compras en supermercados.

También en nuestro país, la cuarentena obligatoria volvió reales escenarios inimaginables, como en el canal gastronómico, entre ellos apareció la compra anticipada de platos de comida, cócteles y bebidas. Esta es una de las tantas acciones que se implementaron también a nivel mundial para moderar el impacto negativo del COVID-19 en el rubro gastronómico sumadas a las del pick up y delivery.

En nuestro medio, replicar esta medida es inédita, no así en otros países, como España, Italia, Alemania que la habían utilizado mucho antes de esta pandemia, con otras situaciones y crisis por las que han pasado.

Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) mencionan que el valor de las exportaciones de la región caería cerca de un 15%. Los mayores impactos se darían en los países de América del Sur, que se especializan en la exportación de bienes primarios y, por lo tanto, son más vulnerables a la disminución de sus precios. Por su parte, el valor de las exportaciones de Centroamérica, el Caribe y México sufrirá el impacto de la desaceleración de la economía de los Estados Unidos.

Para prepararse para el mundo post COVID-19, la región debe avanzar hacia una mayor integración regional tanto en lo productivo, comercial y tecnológico. La coordinación de nuestros países en materia macroeconómica y productiva es crucial para negociar las condiciones de la nueva normalidad, particularmente en una dimensión urgente en la actual crisis y en el mediano plazo: la del financiamiento para un nuevo estilo de desarrollo con igualdad y sostenibilidad ambiental.

La crisis ha reafirmado que la colaboración entre todos los eslabones que componen la larga cadena, desde el campo a la mesa de los consumidores, es la mejor garantía para ofrecer lo que estos demandan en cada momento.

Referencias:

http://www.fao.org/americas/publicaciones-audio-video/covid19-y-sistemas-alimentarios/es/

https://www.altavia-group.com/en/blog/covid-19-unprecedented-collaborations-in-the-retail-sector/

https://www.theverge.com/2020/3/27/21197699/lyft-amazon-coronavirus-ridership-decline-job-referral-warehouse-grocery-delivery

https://www.hoy.com.py/nacionales/quedateencasa-productores-hacen-delivery-de-frutas-y-verduras-frescas

https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la-actividad-economica-la-historia-la


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